viernes, 1 de enero de 2010

Fundador de la Cruz Roja

BIOGRAFIA DE HENRI DUNANT FUNDADOR DE LA CRUZ ROJA

Cuando en Europa despuntaba el siglo XIX y los ejércitos se acomodaban en laderas y llanuras en los campos de la muerte la silueta de Napoleón vociferaban sobre su caballo y miles de mujeres lloraban al padre, hijo o esposo que jamás regresaría había una ciudad que se mantenía en sosiego era Ginebra Zuiza. En la calle Verdaine No 268 actualmente 12 aun luce una placa que dice: Henri Dunant fundador de la Cruz roja internacional y benefactor de la humanidad nació en esta casa el 8 de Mayo de 1828.

Aventurero y Caritativo: Hijo de familias acomodadas tanto por lado paterno y materno Henri en seguida se revelaría aventurero y caritativo. Su padre pertenecía a una de las familias mas adineradas de Ginebra pertenecientes al mundo financiero específicamente a la banca que ya florecía entonces como ahora en toda su opulencia. Ginebra en ese tiempo estaba imbuida por un protestantismo a ultranza de corte calvinista de los que se sabe son tremendamente estrechos en cuestiones sexuales pero de manga muy ancha hasta la ignominia en cuestiones económicas y de negocios.

El sentimiento filantrópico de Henrio florecía desde su niñez pues en esta etapa cuando visito el puerto de Tolouse unos presos pauperrimos condenados a trabajos forzados y ataviados con sus uniformes a rayas Henri los vio dijo algún día haré algo por todos los necesitados del mundo. Desde ese día Henri acompaño a su madre al barrio pobre de Saint Gervais, específicamente al orfanato de la Monnaine donde palpó la aspereza del sufrimiento. Comprendía que la llamada caridad cristiana era tan solo un parche para mitigar conciencias sesgadas y perpetuar la injusticia.

En los años cuarenta de ese siglo con su verbo desatado y el entusiasmo contagioso no le fue difícil reunir a muchos jóvenes para fundar lo que con el tiempo se convertiría en la Unión cristiana de juventudes. En esos tiempos cuando el Internet y las tecnologías modernas eran ciencia ficción Dunant consumía horas frente al tintero y el papel. Así sus cartas cruzaban ciudades y distritos, de Berlín, Lyón, Paris y otras ciudades llegaban respuestas hasta que en 1855 cristalizó la alianza universal de las uniones cristianas para ayuda de personas desamparadas y niños de orfanatos.

Fue por esas épocas que acudió a una plática de la fundadora de la enfermería moderna Florencia Nightingale, cuando aquella joven dama de la linterna explico su labor en los campos de batalla específicamente en la guerra de crimen atendiendo a los heridos en las noches cuando empuñado una linterna se dirigía a las trincheras aun humeantes, fosas reventadas de cuerpos y llanuras sembradas de hombres rotos a los que llevaba agua, medicinas y consuelo Henri experimento la fascinación de la ayuda humanitaria a todos los que sufren, a los desvalidos a los desprotegidos.

Logia Concorde; Enterado de que había una institución que sin hipocresía brindaba ayuda a quien lo necesitara poco después ingresó a la Logia Concorde de Ginebra.

Por esas epocas ingresa al complejo mundo de los negocios primero como banquero y posteriormente como director y encargado de comercializar maderas asi como ganaderia y agroindustrias en las poseciones africanas de zuiza. Con este tipo de negocios en ghrande consiguió prestamos se ebndeudo y se comprometio con los du`nos del diberoen ginevra.


Endeudado a punto de la quiebra en los negocios que habia emprendido busco entrevistasrse con el emb perador Napoleón III que según seria el unico que lo ayudaria a salir del atolladero financiero. La suerte nio le ayuido para un obejetivo pero el destino le deparo el camino de la gloria que hoy reconocemos: la creación de la cruz roja